4 de septiembre de 2010

4 de septiembre

Hace cuarenta años Salvador Allende ganó las elecciones presidenciales. Su triunfo se constituyó en un hito histórico que enrumbó a la sociedad chilena por un camino de mayor soberanía  y abrió más amplios y profundos espacios a la  participación popular.

Eran tiempos de un nuevo período histórico en que las esperanzas de justicia e igualdad aparecían posibles de alcanzar. La sociedad se convulsionaba ante el avance de vastos sectores sociales que organizados adquirían un protagonismo social creciente. Eran los postergados de siempre que acorralaban a la derecha económica y política.

La recuperación de las riquezas básicas, la profundización de la reforma agraria, la ampliación de las libertades y las transformaciones impulsadas desde el gobierno eran acompañadas de un profundo debate acerca de un nuevo tipo de país, de un nuevo tipo de sociedad  que era empujado por la acción del campo popular.

Todos los espacios sociales, institucionales, culturales, religiosos e incluso, militares eran permeados por los signos de aquellos tiempos. Signos transformadores que encontraron la más férrea oposición  de las fuerzas conservadoras, cuyo pánico y desesperación encontró oídos receptivos y apoyo incondicional en los poderosos de Estados Unidos.

La historia se conoce y tuvo una salida trágica. Pero hoy, en América Latina, nuevas tendencias populares con sus especificidades se abren a nuevos caminos que retoman el legado esencial del gobierno elegido ese 4 de septiembre de 1970.

Al observar los desafíos que esos nuevos procesos enfrentan descubrimos, los mismos que enfrentara en su tiempo el proceso chileno. Y entre los principales retos esta el hecho de que  las fuerzas conservadoras no escatima recursos en pos de la defensa de sus privilegios.

Hoy, Chile requiere de una propuesta que retome los caminos de la soberanía y la justicia social para lograr su plena independencia como país y acompañar las luchas de otros pueblos. Ello sólo es posible con la unidad social y política de quienes aspiran a una democracia real y de plena participación.  

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