29 de junio de 2011

Llamado a apoyar demandas estudiantiles

El Colectivo FAUNA es la comisión audiovisual de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile. Está encargada de producir material audiovisual y de registrar fotográficamente la toma de su facultad.

La serie de videos por el movimiento por la educación tiene por nombre "Aperra por la Educación", consigna que llama a todos a participar y no quedarse estáticos frente a un movimiento que necesita de la fuerza de todos los actores sociales.

Aperra por la Educación: Sueños from Colectivo FAUNA on Vimeo.

25 de junio de 2011

Demandas estudiantiles y justicia social

Los aires democráticos, justicia e igualdad que agitan a liceos, institutos y universidades  estimulan favorablemente el despertar de nuestra sociedad  y revelan  un fuerte desgaste del modelo económico y político vigente.

Miles y miles de estudiantes se han movilizado en las últimas semanas exigiendo  educación de calidad, un mayor rol del estado y cuestionando el mercado. Sus movilizaciones se oponen a la  administración  actual cuyas propuestas tienden a consolidar el sistema privado de educación y con ello critican, por extensión, a las administraciones pasadas que se guiaron igualmente por la razón del mercado.

Los jóvenes  en estas semanas de protestas  han demostrado tener claros planteamientos. Saben que las limitaciones para las verdaderas transformaciones se encuentran  en la Constitución, en la institucionalidad política y en los principios rectores de la economía. Denuncian el bajo gasto en educación y que muchos de los recursos  del país se transforman en colosales ganancias para las transnacionales. Los estudiantes  y sus familias viven en carne propia la dictadura de los bancos, que los mantienen endeudados de por vida

La molestia e indignación que se percibe en los estudiantes tiene su explicación en la percepción creciente  de que las vergonzosas desigualdades sociales se han entronizado en la sociedad y el sistema educativo.  Lo inaceptable encuentra en el escandaloso fraude y abuso de una empresa del retail su corolario más ejemplificador.

Los días próximos serán los más complejos para el movimiento estudiantil. Se verá sometido al asedio mediático de las autoridades, y al cuestionamiento  y la presión de todas las instancias de poder. Es de esperar que sus demandas  legítimas  y más inmediatas logren éxito. Sería bueno para Chile.  En todo caso, con sus luchas, los estudiantes no hacen más que confirmar que la crisis educacional, la injusticia laboral y social tienen soporte en un modelo político, económico y cultural que hay que transformar desde sus cimientos y así, realizar una democracia legítima, real, inclusiva y participativa.

16 de junio de 2011

De sorpresas, escándalos y delitos

A medida que pasan los días todo lo que se hable de La Polar suena a escándalo y a delitos. “Ha habido algo malo, muy malo. Ha habido cosas muy delicadas” señaló  el actual presidente de la empresa.
 
Mientras la prensa informa que  algunos de sus gerentes, directores y sus sociedades relacionadas recibieron millones de dólares por la venta de acciones que tenían de La Polar, se sabe  que el falseamiento de informaciones impactará  en los fondos de pensiones  perjudicando a los afiliados de las AFPs.  Y tan grave como la pérdida de los trabajadores  es el abuso cometido con quienes compran con tarjetas de crédito, dado que ante  atrasos en los pagos, la empresa impuso repactaciones unilaterales con tasas de interés usureras.
 
Los escándalos y los delitos son el resultado de un modelo político y económico que amplía los espacios de acción al capital privado y reduce cada vez más la presencia estatal y los controles y regulaciones que  el estado pueda ejercer.
 
Lo que indigna, es que los trabajadores y los consumidores, se encuentran en  clara desventaja ante el poder del capital privado.  Unos no tienen rol alguno en la administración de sus propios fondos previsionales  y  los otros, se ven sometidos a la prepotencia  y soberbia de quienes se sienten con el poder suficiente para imponer sus condiciones.
 
Los organismos privados  como empresas auditoras y clasificadoras de riesgos nada hicieron.  Las instancias estatales encargadas de fiscalizar no actuaron a tiempo y dejaron pasar. Todos tenían antecedentes de que “algo malo” ocurría.  La inoperancia de los organismos estatales se explica porque la idea predominante es que el Estado debe dar facilidades al capital privado, y así ha ocurrido en las últimas décadas.
Algunos, dicen estar sorprendidos y llaman a terminar con la hipocresía en nuestra sociedad, dado que todos sabemos que hechos como el ocultamiento de información, las tasas de interés abusivas,  la especulación  y  la colusión  existen a vista y paciencia de todos. Pero  nada se ha hecho  para frenar estos delitos que se visten de cuello y corbata.
 
Otros los minimizan, diciendo que son simples accidentes.
 
Pero un mínimo de exigencia  debería señalas que todos los involucrados en “las irregularidades”, de  los abusos  y los delitos deberían estar en prisión.   No es posible que aceptemos tanta desigualdad, tanta asimetría entre los que tienen poder y los desprovistos de garantías mínimas. Aún vive en la memoria, aquella información que trascendió con motivo del incendio en una cárcel: uno de los calcinados había cometido el delito de piratear películas.
 
Para reiniciar un proceso que restaure mínimas confianzas, urge  profundizar las investigaciones ante estos verdaderos delitos del capital y ante la negligencia de los organismos fiscalizadores , sus directivos deberían presentar su renuncia.

13 de junio de 2011

La Polar: una "practica" inaceptable

Por segunda vez se suspendieron  las transacciones de las acciones de La Polar en la Bolsa de Comercio de Santiago, y esta vez se mantendrá la  suspensión “hasta nuevo aviso.”

La superintendencia de Valores y Seguros  (SVS) señala que la suspensión tiene como objetivo "procurar que inversionistas, accionistas y mercado en general puedan contar con la información suficiente", reconociendo que no hubo transparencia alguna.

La Polar, una tienda del retail que vende a crédito, no es una empresa cualquiera. Tiene un “volumen de casi US$ 1.400 millones en créditos de consumo” señala Álvaro Vallejos, de la Universidad Adolfo Ibáñez, lo que “posicionaría a La Polar en un cuarto lugar en ese segmento, con un tamaño similar al BBVA, de modo que su relevancia para el mercado no es desdeñable” agrega y remarca Vallejos, en una columna de opinión,  que “la cartera de créditos de La Polar representa el 70% de su activo total y genera el 60% de su margen operacional, de modo que su real giro se asimila al de un prestamista antes que a un comercio detallista”.

La Polar está en el ojo del huracán por falsear sus informes o en palabras de Vallejos “han distorsionado en forma significativa los estados financieros”.  Me pregunto: ¿Cómo podríamos llamar a quienes falsean los estados financieros?

Para distorsionar sus resultados, La Polar recurrió al expediente de repactar unilateralmente las deudas de sus clientes, aplicándoles tasas abusivas y usureras. Con estas repactaciones golpearon a los sectores más desvalidos.  Otra pregunta: ¿Cómo podríamos llamar a quienes imponen tasas de interés usureras?

Pero eso no es todo, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) tenían inversiones en acciones  y en bonos en La Polar. O sea, los recursos de los trabajadores que administran las AFP, sufrirán pérdidas. Pero ocurre que las AFP, con “su 24% de la propiedad les permitió mantener 2 miembros en un directorio que, pareciera, no empleó el cuidado y diligencia requeridos por su alta función”, señala Vallejos. Hoy nadie cree que el Directorio de La Polar, no sabía de las repactaciones usureras y de “las tergiversaciones” de  los estados financieros, pero además, en ese directorio existían representantes de las AFP. Algo más anda mal, ¿no le parece?

Pero hay más. Todas las empresas tienen auditorias internas y externas. Estas últimas, por lo general las contrata el Directorio.  Ninguna de las dos auditorias detectó las “malas prácticas”. ¿No le parece raro?  El director ejecutivo de la Fundación Chile Ciudadano, Tomás Fabres, en una entrevista a Radio Bíobío, señaló que la empresa Price Waterhouse Coopers, que realizó una auditoría externa a La Polar, es cómplice de la situación.
Para el abogado, Fabres “la empresa sin duda debe haber conocido esta situación y negoció con el directorio o con algún ejecutivo alto de la compañía para no revelar los estados financieros”.

Pero si cree, que el  escandaloso asunto llega hasta aquí,está equivocado. En el mercado operan las Clasificadoras de Riesgos. Instancias constituidas con la finalidad señalada en su denominación. Todas clasificaron a La Polar como excelente inversión. Álvaro Vallejos, cuestiona la labor de estas Clasificadoras pues,  “asignaron notas “A-” y “A” al bono colocado por la firma a fines de 2010 y estimaban que las acciones de La Polar gozaban de una muy buena combinación de solvencia y estabilidad de la rentabilidad”. Plop!!

Pero falta aún más. “Las agencias públicas, cuyos mandatos les imponen la función de prevenir, monitorear y eventualmente sancionar la conducta de los actores del mercado, fallaron gravemente en este caso”, dice el profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez.  Es decir. Ni la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), ni la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) cumplieron eficientemente su rol. El Servicio Nacional del Consumidor, SERNAC, que sabía hace tiempo de las anomalías, reaccionó tardíamente, cuando ya los reclamos amenazaban rebasar lo tolerable.

El abogado Andrés Sepúlveda, consultor de Gutiérrez & Silva Abogados,  quienes asesoraron a los accionistas minoritarios señaló en Radio Cooperativa que “yo creo que el tema lo dejaron en forma latente y nadie quiso tratar de destapar la olla”. ¿Por qué?

El escandaloso asunto llegará a tribunales, y poco a poco se conocerán detalles. Pero mientras ello ocurre…

La Polar, es la síntesis del modelo en curso. Es la expresión de cómo funciona el capitalismo en su versión neoliberal. “Las malas prácticas”, es el eufemismo con el cual se califica aquello que se descubre, pero que antes de su descubrimiento todos sabían y callaban. O nadie sabe de las colusiones de precios farmacéuticos y de transporte interurbano, o de las tasas usureras de los bancos e instituciones financieras, o de las complicidades de las clasificadoras de riesgos.

El escándalo de La Polar debería ser motivo de manifestaciones masivas. Es el lucro obtenido por el engaño. La Polar es, de una u otra manera,  una  razón  más del creciente malestar de tantos.
Un malestar que ha comenzado a movilizarse, pues  muchos cansados ya de  exceso de trabajo, tasas usureras, de precios arbitrarios, de salarios bajos y de engaños; observan al mismo tiempo, ganancias exorbitantes, concentración de la riqueza y ofrecimientos que nunca se cumplen.