25 de agosto de 2011

El gobierno se equivoca

Una vez más, el gobierno se equivoca al restarle importancia a la intensidad del paro-protesta  y a los movimientos sociales que la convocan.

El  24,  primer día de movilización, las autoridades señalaron en lo esencial que la jornada laboral había sido normal. Lo que contrastaba claramente con lo que se vivía en las principales ciudades del país.

Hoy intenta minimizar el impacto de las multitudinarias marchas  realizadas en las ciudades y que, en esta ocasión, incluyeron lugares alejados de  las urbes y que tradicionalmente no se manifiestan colectivamente con frecuencia.

Los actores sociales movilizados expresaron en sus declaraciones que  exigen una nueva Constitución, un nuevo código del trabajo, una transformación estructural de la educación y, sobre todo, el desmoronamiento del modelo económico vigente  desde la dictadura y que los Gobiernos de la Concertación  no reformaron durante 20 años.

Hoy en día -cuando aún no se hacen presentes con fuerza las turbulencias que vive la economía mundial- la economía nacional da señales de crecer al 6,1%, pero Chile es el país con mayores desigualdades sociales  y diferencias abismantes en términos de ingresos, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Y éste contexto de las movilizaciones es lo que el gobierno no comprende o no quiere entender. Para decirlo en palabras de Camila Vallejo “la gente, el pueblo chileno se cansó de eso y hoy día creemos que es necesario cambiar el sistema político, cambiar el sistema económico para que justamente la redistribución del poder sea más justa, la distribución de riqueza sea más justa y que tengamos condiciones dignas para desarrollarnos como seres humanos y eso hoy día no está garantizado, llevamos treinta años con este modelo y ya no da abasto, la gente ya no lo quiere y quiere hoy día ser parte de la construcción de algo nuevo”.

La Concertación, ante la inédita, extensa y prolongada movilización se encuentra sorprendida, dubitativa y en proceso de realineamientos políticos que  no logran cristalizar aún. Obligada por la presión social a realizar autocriticas –que no hizo antes- no sabe o no puede ni encabezar las movilizaciones ni menos capitalizarlas. Ha perdido credibilidad, en términos similares a las que tiene la alianza gobernante y las instituciones.

El gobierno por su parte, se encuentra a la defensiva, oscilando entre un discurso defensor del modelo político y económico y la represión y criminalización de la protesta social, y lo hace en momentos en que el modelo en su integridad es amenazado por el desbordamiento social. Las desafortunadas declaraciones de autoridades gubernamentales, ya sean nacionales o regionales,  o de personeros de los  partidos gubernamentales no sólo cierran las puertas a todo dialogo posible sino que se constituyen en bencina que avivan el fuego o aumentan el descredito gubernamental. “Inútiles subversivos”,  “son hijos nacidos fuera del matrimonio tradicional”, son algunos calificativos que se constituyen en el hazmerreir en el boca a boca y en las redes sociales.

Además, desde las esferas gubernamentales, se ha tratado de dividir y fragmentar el movimiento social. Separando a trabajadores y estudiantes, pacíficos y violentistas con el fin de apostar a su desgaste. Transcurridos más de tres meses desde el inicio de las movilizaciones, va quedando demostrado que éste no decae. El ciclo de tomas, desalojos y retomas es recurrente. Los sectores movilizados se incrementan. Los cacerolazos que en sus inicios se hacían desde las casas y departamentos se han desplazado a las calles y es frecuente que se inicien marchas o se reúnan en las plazas públicas.

En la dinámica social, la extensión de la participación, la deliberación política que se desata en las bases de sustentación, la que imprime un sello de mayor consistencia y perseverancia al movimiento. Camila Vallejo, al evaluar el paro de dos días señaló “algo muy importante para este movimiento es que nosotros no estamos por la defensa o reivindicaciones de carácter sectorial o gremial porque lo que nosotros queremos construir con la educación es un nuevo proyecto de desarrollo país y si hay algo que nos puede unir a todos en este momento es que ya no nos hace sentido este modelo de desarrollo, porque este modelo de desarrollo lo único que nos ha garantizado es un grosero enriquecimiento económico de unos pocos”.

Mientras los planteamientos del movimiento social apuntan a temas de fondo. El gobierno, a través  de su vocero, Andrés Chadwick, señala respecto al paro que  es “una marcha que ya conocíamos y que se ha reiterado y repetido en el último tiempo y que lo único que podemos sacar en limpio es que hemos perdido dos días de poder estar concentrados trabajando en las cosas que al país le importan" o que “el paro no ha tenido éxito. El paro no logró sus objetivos”. Agregando, Andrés Chadwick juicios tales como “qué justificación tenían, ninguna, porque plantear que se va a ver una nueva Constitución  es de las cosas más vagas que se puede plantear. No comprendemos lo que se quiso buscar, sólo sabemos que hubo mucha violencia y la marcha de hoy que se realizó con tranquilidad sabemos que tiene como tema central la educación y a eso estamos avocados para solucionarlo”.

Todo indica que el gobierno está desconcertado. El ministro de Economía, Pablo Longueira, calificó el paro de "inútil e innecesario",  pero a renglón seguido agregó  que si no pudiera pagar la educación de sus hijos, "también estaría marchando".

Quizás, sea por la celeridad de los acontecimientos o la contradictorias miradas de los que gobiernan, a lo que hay que agregar los enormes retrasos de una oposición articulada y coherente, es que cuando se consulta sobre el horizonte inmediato, nadie tiene respuesta  clara y certera. Sí  se desprende que Chile ya no es el mismo y que  en un futuro cercano será otro.




24 de agosto de 2011

BBC-Mundo: El gobierno afronta su peor crisis política

“El gobierno de Sebastián Piñera en Chile afronta su peor crisis política -una que lo ha llevado a perder buena parte de su popularidad- y no parece haber solución en el horizonte, tras meses de protestas estudiantiles en Santiago, la capital de Chile, y otras ciudades del país”.  Así encabeza el portal de la  BBC- Mundo,  un  reportaje publicado hoy miércoles 24 de agosto.

Firmado por su corresponsal en el Cono Sur, Vladimir Hernández.  El portal de la BBC señala que “Piñera ha tratado de aplacar el descontento estudiantil (…) hasta con cambios en el gabinete”. “Pero la agitación continúa” señala el medio británico y agrega “y este miércoles comienza un paro nacional de dos días”

Con lo mencionado, ya es suficiente para deducir la mirada que importantes medios de prensa extranjeros tienen sobre lo que ocurre en Chile.
Por lo tanto  el debate en torno a la normalidad o no de la primera jornada de protesta nacional pierde todo sentido.

Los intentos por  minimizar lo ocurrido en el primer día de paro  no tienen mayor perspectiva que el día a día. Un intento por administrar una crisis que requerirá tarde o temprano formas de consulta popular. La gravedad de intentar descontextualizar el paro  es que se corre el riesgo de no ver más allá del día.  Y eso puede explicar que el gobierno olvide  que el domingo recién pasado concurrieron casi un millón de chilenos en respaldo de las demandas estudiantiles y que en el transcurso de los últimos meses innumerables han sido las marchas y movilizaciones de descontento social, incluidas varias huelgas de trabajadores.

Lo que crece en el sentir de los sectores movilizados, es que las calles, plazas y avenidas de las ciudades del país se han transformados en espacios de deliberación y acción  donde se demandan cambios estructurales en educación, profundas transformaciones en el modelo económico y  cambios sustanciales en la institucionalidad y en el rol del estado.

Los estudiantes y la ciudadanía movilizada obligan, presionan  y emplazan a las autoridades y a las representaciones políticas de cualquier signo, y rechazan con nuevas movilizaciones la represión.
La BBC aventura una proyección: “no parece haber solución en el horizonte”… por lo menos para el gobierno.

19 de agosto de 2011

Riesgos de nueva recesión se acrecientan

El pánico volvió a instalarse en los mercados globales, particularmente en los de Estados Unidos y Europa, que hoy sufrieron potentes pérdidas.  Y la razón fue exactamente la misma: las señales sobre una nueva recesión en la mayor economía del mundo.
 
El banco de inversión,  Morgan Stanley  advirtió que EEUU y Europa se acercan peligrosamente hacia una recesión y además recortó la proyección de crecimiento global para este año y 2012. "La revisión de nuestras previsiones muestra que los EEUU y la zona euro se acercan peligrosamente a una recesión -definida como dos trimestres consecutivos de contracción- en los próximos 6-12 meses", dijo Joachim Fels, co-director del área de economía mundial de Morgan Stanley.
 
La Bolsa de Nueva York sufrió caídas de 4,46% en el S&P 500 y de 4,46% en el Dow Jones. En el mercado Nasdaq, las acciones tecnológicas cayeron 5,22%. En Europa, la bolsa de Frankfurt  cayó un 5,82%. Las pérdidas llegaron a un 6,15% en Milán y 6,73% en Estocolmo. La caída en Londres  fue de 4,49%, en París  de 5,48%) y Amsterdam  de 4,47%. Un nuevo “jueves negro”. Pero las caídas ocurrieron también en América Latina, incluido Chile.   Anote: Sao Paulo,  un 4,23%; México perdió un 2,67%; Buenos Aires 4,11%.  En Santiago  el IPSA cayó 1,89%, mientras que el indicador general IGPA anotó una disminución de 1,56%.
 
La amenaza de una recesión se ha transformado en un fantasma que asusta. En su editorial de hoy, el diario El País, de España señala “la anticipación de menores beneficios empresariales, que se registra en las cotizaciones bursátiles, ha ido acompañada de descensos igualmente significativos en los precios de las materias primas y un ascenso en los precios de los activos considerados refugio en situaciones de riesgo, el oro y los bonos públicos”.
 
Bueno es recordar que el acuerdo a que se llegó en el Congreso estadounidense, terminó debilitando más  a la aún primera economía mundial, al imponerse un acuerdo que disminuye el gasto fiscal, cuando el crecimiento es bajo y el desempleo extremadamente alto. Paul  Krugman ha sido critico del acuerdo del Congreso y respecto a la economía estadounidense y mundial ha sostenido que “no es solo que la amenaza de una recaída en la recesión se haya vuelto muy real.  Ahora  es imposible negar lo evidente, que es que no estamos en camino de la recuperación y  que no lo hemos estado nunca”
 
Quizás, sea una apreciación similar el que lleva a editorializar al diario español que  “el Banco Central Europeo y la mayoría de los Gobiernos, lejos de favorecer políticas neutralizadoras del estancamiento, han priorizado actuaciones contractivas”, en claro signo de actitud de preocupación tardía.  Ahora en círculos ligados a sectores de influencia en Europa manifiestan temor  por las políticas contractivas que han alentado, poniendo énfasis en los déficits fiscales y no en estimular con suficiente fuerza la demanda. “Hasta la directora gerente del FMI advertía hace unos días de esos peligros y sugería una estrategia distinta: comprometer el saneamiento de las finanzas públicas a medio plazo con estímulos a la demanda a corto plazo” agrega El Pais. Y finaliza su editorial con la siguiente sentencia “no es un ejercicio fácil, tras la inútil retórica de la austeridad a ultranza, pero menos aconsejable es empeñarse en favorecer la entrada en una nueva recesión”.

13 de agosto de 2011

Chile vive días intensos

Chile vive días intensos. Los acontecimientos son tan vertiginosos que cuesta seguirlos. Los estudiantes iniciaron, hace más de dos meses, movilizaciones en pos de educación pública  y ocuparon colegios, universidades y calles desatando con ello la esperanza de que otro Chile es posible.

Desde hace meses que se suceden multitudinarias marchas y múltiples expresiones de descontento social, no sólo referidos a la educación sino que vinculados a los abusos del poder económico que tienen su corolario en créditos usureros, repactaciones unilaterales, injusticias laborales y en las desigualdades  de todo tipo que caracterizan a nuestro Chile actual. Los acelerados días que vivimos ponen en cuestión al mercado y su supuesta mano invisible, ampliándose en la población  las certidumbres de que el modelo económico, sustentado en el predominio del mercado, sólo reproduce desigualdades sociales aberrantes y que las acrecienta. 


Los urgentes y vivos días en Chile han desnudado las limitaciones de la democracia realmente existente. Se constata un  gobierno que ha tropezado en su modelo de gestión, y que oscila entre la administración de una credibilidad muy limitada y los arranques de autoridad desplegando la represión. Asimismo, se evidencia una  crisis de representatividad de las coaliciones políticas y un marco institucional que limita o impide la expresión y  participación de actores y sectores sociales.


Asistimos a un nuevo tiempo, un tiempo en que la población se interesa nuevamente por los asuntos públicos y  por las noticias referidas a la política en el sentido mayor de la palabra. La agenda en los próximos días vuelve a coparse de llamados a movilizaciones, incluyendo una convocatoria a Paro Nacional de 48 horas.

Los estudiantes están conscientes de que su movilización es histórica y cuenta con gran apoyo social. Tienen un norte común: cambiar el paradigma educacional ahora. Y para ello han construido propuestas y una disposición épica que pone en entredicho los procedimientos institucionales, utilizados en las últimas décadas  para la resolución de conflictos. Hoy, en el estudiantado existe una enorme desconfianza con las mesas de diálogo, con las representaciones políticas y con el ejecutivo. En las palabras de Guillermo Petersen, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, queda claro su escepticismo cuando dice "nosotros somos los mismos que participamos en las movilizaciones del 2006 y sabemos lo que significa cuando se quiere llevar la discusión al Parlamento y cuando quieren establecer estas mesas de diálogo".

En lo central, la estrategia gubernamental ha sido la defensa del statu quo. Y si bien es cierto, salió del ministerio el UDI, Joaquín Lavín, la disposición gubernamental no ha cambiado. Giorgio Jackson, dirigente universitario, asegura que  el cambio ha sido sólo de forma. “Se  nota que quedó la UDI ahí en el ministerio” señaló a The Clinic, y agregó que, con Felipe Bulnes “la mano sigue firme, porque la respuesta que nos dieron… ratifica explícitamente que ellos no quieren modificar el modelo educacional”.

Por su parte desde La Moneda el presidente, Sebastián Piñera -pese a sus reiterados llamados al diálogo, que más parecen frases realizadas para titulares de prensa- no se ha caracterizado por poner paños fríos a un conflicto que amenaza con prolongarse. Antes había señalado que la educación era un bien de consumo, y pese a las rectificaciones posteriores, siempre quedó la sensación de que sus palabras reflejaron la esencia de su pensamiento. Ahora, Piñera se pregunta "¿cuál es la razón por la cual llevamos 10 semanas con este enfrentamiento entre los jóvenes y la sociedad?  En un intento, por separar a los estudiantes de la población y eludiendo el hecho que, hoy los estudiantes son la representación de amplios sectores sociales  que cuestionan un modelo educacional agotado y que se han desatado demandas democráticas y transformaciones institucionales de mayor alcance y profundidad.

La crisis del sistema educativo es de largo aliento. En la educación básica y media se expresa con mayor fuerza la crisis del modelo, pues está en la base del sistema. Por largo tiempo, los técnicos neoliberales sostuvieron que los problemas ce centraban en la sala de clases, y por lo tanto había responsabilidades de los profesores que había que incorporar mediciones en cuanto a rendimiento todo medido en cifras. Sumado a que la municipalización estableció una clara segregación social. Hoy está claro que la crisis educacional es estructural: la municipalización es un fracaso, las familias chilenas destinan a la educación de sus hijos ingentes recursos de sus magros ingresos, y lo que es peor, se perpetúan las desigualdades.

En lo sustantivo el actual sistema educacional se instituyó en tiempos dictatoriales y se ha administrado por más 30 años con reformas cosméticas sin transformar su esencia. Y es la esencia del modelo lo que está en cuestión. Y a partir de ello, las soluciones  son diferentes. Existen algunos que defienden la esencia del sistema educativo actual. Otros sustentan la idea de una transformación profunda.

En lo inmediato, y en medio de las desconfianzas, se hacen llamados para dialogar y construir mesas de trabajo. Los actores sociales se verán enfrentados a enormes presiones desde el estado y sus actores.  Los grandes medios de prensa insistirán en la criminalización y la represión simbólica caracterizando al movimiento estudiantil como intransigente o destacando los episodios de violencia, sin explicar que éstos tienen diversos componentes: la presencia de provocadores y policías  de civil y también de dinámicas sociales que establecen importantes niveles de impotencia y frustración  cuando las desigualdades son aberrantes e inaceptables.

En momentos en que se realizan encuentros en el sur y norte del país, en los cuales las organizaciones de estudiantes secundarios y universitarios definirán los caminos futuros de la movilización, el diario La Tercera, da a conocer un sondeo de opinión pública donde se muestra un aumento del respaldo a las movilizaciones estudiantiles y un incremento al rechazo de las propuestas gubernamentales. 76% de apoyo a las movilizaciones, 75% señala que el lucro perjudica a la educación y el 65% está en desacuerdo con las propuestas del gobierno.

A estas alturas del conflicto, ciertamente surge la pregunta donde está la intransigencia. Para el sociólogo Manuel Antonio Garretón, en declaraciones realizadas a El Mostrador, “lo que es intransigente es seguir defendiendo un sistema que fue impuesto por una dictadura” y agrega que lo que hacen los estudiantes hoy “es simplemente retomar lo que la clase política no ha podido hacer, ya sea porque algunos defienden el sistema generado por la dictadura, porque otros no fueron capaces de  hacer la transformación por la oposición de la derecha, o porque hay una aceptación e incluso un acomodo y un acuerdo con el sistema heredado (...). Entonces aquí tenemos dos posiciones irreconciliables”.

Garretón en la interesante entrevista de El Mostrador, agrega que  “aquí lo que está en cuestión es cuál es la voluntad mayoritaria y por lo tanto hay que buscar los mecanismos para decidir sobre el modelo político que permita hacer las transformaciones del modelo educacional. No puede haber nada más democrático que eso”.


“Lo que estamos viendo es un impasse entre la intransigencia de un gobierno que quiere mantener un modelo impuesto en dictadura y la ‘intransigencia democrática’ de un movimiento estudiantil que quiere transformarlo. Entonces aquí no hay otra vuelta teórica que un mecanismo que permita resolver, tal como se resolvió entre dictadura y democracia (…) en el plebiscito”, señaló el académico de la Universidad de Chile.

Los días venideros serán decisivos en el curso de las movilizaciones. Todo indica que seguiremos viviendo días intensos.

9 de agosto de 2011

A grandes problemas grandes soluciones

Las movilizaciones de los estudiantes concitan un amplio y extenso apoyo a nivel nacional. Multitudinarias marchas, cacerolazos que se multiplican, huelgas de hambres en diversos recintos y actos culturales diversos han servido para demandar un cambio estructural al sistema educativo.

El gobierno no ha escuchado la profundidad de la exigencia social, que pone énfasis en la eliminación del lucro, la desmunicipalización de colegios y el predominio de la educación pública. Prefiere eludir los temas de fondo e intenta contener y dividir la protesta estudiantil sin detenerse en el incremento de la represión. El gobierno, a la hora de evaluar, tampoco considera  la voluntad, la decisión y la épica de los estudiantes que, tras más de dos meses de movilizaciones, asumen que éste es el momento de alcanzar tan nobles objetivos.

Más aún, la movilización estudiantil, ha canalizado la molestia y la indignación de vastos sectores sociales que cansados de promesas incumplidas, de abusos laborales cotidianos, de desigualdades sociales aberrantes, comienzan a hacer sentir su voz para realizar una democracia verdadera y real. Es éste sentir el que recorre las ciudades de nuestro país y que en lo inmediato se traduce en el  apoyo creciente a las demandas estudiantiles.

El gobierno y los representantes políticos se encuentran en una encrucijada. La solución de las demandas estudiantiles y al malestar social  requiere de procedimientos absolutamente nuevos. Inéditos. Plebiscito, asamblea constituyente, nueva constitución son todos caminos posibles y en cierto momento, ineludibles.

2 de agosto de 2011

Generosidad, decisión y lucidez

Los estudiantes chilenos han dado muestras de generosidad, decisión y lucidez.

Ellos vislumbran que los cambios estructurales que necesita el sistema educacional se vinculan estrechamente con la necesidad de erradicar  el modelo económico y político vigente en el país.

La grandeza de los estudiantes se acrecienta cuando  enfrentan presiones  de diversos poderes que,  desde la individualidad y el egoísmo cuestionan toda aspiración colectiva. Los estudiantes, por el contrario, han sido solidarios y aspiran a un Chile más igualitario.

Han mostrado una decisión digna de encomio,  tras  mantener por casi ya dos meses una movilización que despliega creatividad, masividad  y rechaza los   intentos de división y fragmentación. Pese a las diferencias propias que en toda lucha existe, han sabido construir caminos unitarios.

La perspicacia del estudiantado  destaca  cuando difunden al conjunto de la sociedad que los problemas de Chile tienen su sustento en un sistema económico  que excluye a los más y beneficia a los menos; y que además se ha construido simultáneamente un  sistema político de baja densidad democrática.

Los estudiantes de nuestro país, con sus ideas y acciones señalaron que el sistema actual es desigual, que la lógica del capital es la usura y la extracción  de ganancias a costa de los trabajadores y sus familias.

Allí radica el mérito de las movilizaciones estudiantiles.  En mostrarnos que las desigualdades son intolerables.  En señalarnos que  los derechos se exigen y que el malestar no es suficiente, que es necesario  expresarlo y  desplegarlo por las calles.