23 de agosto de 2010

Juzgue usted

Las primeras señales de que los mineros se encontraban con vida se tuvieron a primeras horas de la mañana. Eran cerca de las seis de la  madrugada cuando los operarios que realizaban el sondaje sintieron golpes desde la mina. Unas horas después rescataron los mensajes.

Es en ese momento, en que se decide administrar la información. Para algunos, la premisa era actuar con prudencia y esperar la llegada de Sebastián Piñera, para que fuera él quien diera la buena nueva al país.

Pero la verdad, es que las emociones eran tantas entre los operarios  que desde ellos mismos surgió la idea de privilegiar la lealtad con las familias de los mineros. Un operario tomó la decisión de informar a los familiares y a la comunidad minera. El reloj marcaba alrededor de las 14.00 horas.

Sebastián Piñera, habló a las 14.40. Los mineros sólo confirmaron a través de sus palabras lo que ya sabían.

Transcurridas algunas horas desde que se supo que estaban vivos, Javier Castillo -dirigente del sindicato de la mina San José, y quien señalara  que ellos le plantearon al ministro de minería la situación de precariedad de la mina y que lo mismo había ocurrido con los gobiernos anteriores- expresó su alegría por la noticia.
Hoy, Castillo reitera: "le dijimos que no solamente la negociación colectiva (fallaba), sino que la normativa legal no sirve, ya que la situación precaria de los trabajadores obliga a condiciones como la de minera San Esteban, que ya cargábamos tres muertos" y reiteró que el 1 de julio "se lo planteamos al ministro".

"El problema del ministro" y de quienes administran "es que no tienen idea del idioma de los trabajadores, no lo entienden", ha señalado Javier Castillo, acusando una "falta de respeto" a su palabra porque Golborne le negó haber conversado con él.

Los verdaderos centros de poder no entienden el lenguaje de los trabajadores, parece ser una verdad  del porte de una catedral. Javier Castillo, el dirigente sindical, señala que para todos los gobiernos la economía está por sobre las personas y que ha llegado la hora de que se les respete. Castillo, indica que le parece absolutamente reprochable, que la información de que los mineros estaban vivos se administrara a goteras, sin importar la angustia y desesperación en que se encontraban los familiares de los mineros atrapados y todos sus compañeros.

Juzge usted.

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