2 de diciembre de 2010

Caras largas

“Me imagino que debe haber caras largas en el gobierno, no son buenas noticias sin lugar a dudas”, señaló Roberto Méndez, al entregar los resultados de la última encuesta en la cual Sebastián Piñera cae 13 puntos en su aprobación.

Para un gobierno que se guía por mediciones y tiene un especial aprecio a las encuestas, la caída debe ser una catástrofe. Los resultados hablan también de una baja en la credibilidad y en la confianza.

Pasado el veranito de San Juan, que significó la exitosa operación de rescate de los mineros, no cabe duda que  la ciudadanía, los diversos sectores sociales comienzan a valorar otros parámetros.

En especial, los referidos  su cotidianeidad.

Los resultados  de la encuesta se entregan a pocos días que desde el gobierno se anuncia que estamos en un ciclo virtuoso de la economía: crecimiento, aumento del consumo, disminución de la cesantía. Claro que todos los datos que se entregan se reducen a cifras y mediciones. Las autoridades gubernamentales ocultan los riesgos internacionales aún presentes  y son incapaces de descubrir la cotidianeidad que viven amplios sectores sociales.

Un ejemplo, que quizás permita graficar el distanciamiento con la vida diaria de la pobreza es lo ocurrido no hace mucho en el encuentro Enade. Un ministro con la pretensión de mostrar una cercanía con la pobreza, invitó al encuentro empresarial, y como sorpresa,  a un actor representando a un indigente.

Lo que pudiera ser considerado como un acontecimiento, demuestra que en las esferas gubernamentales sólo se relacionan con las representaciones, con las mediciones. Cosa muy distinta es encontrarse con la realidad dura y pura.

Quizás, algo de esto último refleje la encuesta. Las numerosas huelgas de trabajadores; el descontento de estudiantes y académicos y profesores; los despidos en la administración pública; los problemas de comunicación real con pobladores que concurren en masa a oficinas públicas desconfiando de las autoridades; la sensación mayoritaria respecto a la intromisión gubernamental en las elecciones del fútbol; y muchos otros hechos están señalando que diversos sectores sociales comienzan a recorrer por un carril distinto a la fanfarria, la cifras y los discursos.

Así y con razón, debe haber caras largas en el gobierno.

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