24 de diciembre de 2010

Balances y balances

Como ya es costumbre a medida que se acerca fin de año todo el mundo comienza a hacer sus propios balances y recuentos.  El 2010 ha sido un año revelador.

Las tragedias vividas  nos han mostrado un Chile que la publicidad y la fanfarria oculta, pero no puede esconder por siempre. El terremoto, el desplome de una mina y el incendio de una cárcel nos muestran el país que estamos construyendo.

Pero no sólo las tragedias nos develan nuestro país. La huelgas de los trabajadores, incluso exigiendo que se les pague el sueldo mínimo o pidiendo un  insignificante 1,5% de reajuste nos señalan las paupérrimas condiciones en que encuentran cienos de miles de chilenos. Por contraste, un reciente ranking de utilidades de un grupo de empresas señala que estarían obteniendo como promedio un 50% más que el año pasado. Al compararlos con los reajustes salariales se visualiza con claridad la enorme brecha distributiva y la abismal desigualdad.

El 2010, el año en que se optó por celebrar el Bicentenario, ha sido prodigo en mostrarnos una realidad verdadera, dolorosa, insostenible. Un balance contradictorio y violento. El Chile de los trabajadores, los pobres, los que se esfuerzan cada día en trabajos precarios, por un lado. Y en el otro, el mundo de los millonarios, los ganadores, los poderosos.

Al finalizar el 2010, hay balances y balances.
 
Publicado en Dilemas
Diciembre 2010

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