5 de febrero de 2010

Memoria y Cacerolas



Más de 80.000 mujeres marcharon por el centro de Santiago de Chile al atardecer del 2 de diciembre de 1971. Con cacerolas, banderas chilenas, y escoltadas por jóvenes de Patria y Libertad -provistos de camisas azules, cascos, cadenas y armas ligeras- lanzaban consignas en contra del Presidente Salvador Allende y pedían que se fuera.
A Margaret Power, académica e investigadora del departamento de Historia del Illinois Institute of Technology, le llama la atención el acontecimiento y a partir de él realiza una importante indagación acerca de la participación de la mujer en el proceso político de fines de la década del sesenta. “La mujer de derecha. El poder femenino y la lucha contra Salvador Allende: 1964-1973” es el titulo de la investigación, cuya versión en castellano, se presentó recientemente en la Biblioteca Nacional y en el que fuera centro de detención dictatorial, hoy Parque por la Paz Villa Grimaldi.

La “marcha de las cacerolas vacías”, citada por un llamado “Poder Femenino”, es la cristalización de una batalla ideológica, política y de masas que culminará con el golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Su realización confirmaba un escenario en que la confrontación social y política no tendría tregua. Por un lado las fuerzas conservadoras que desplegaban todos los recursos para poner fin al proceso de cambios que vivía la sociedad chilena y por el otro, las fuerzas populares que pugnaban por avanzar en dichos procesos transformadores.

Eran tiempos en que los “condenados de la tierra”, los excluidos de siempre habían retomado la palabra, y con su accionar colectivo cuestionaban las formas organizativas, desde las cuales se había construido la sociedad chilena hasta entonces.

Margaret Power entrevista a un centenar de actores de los procesos políticos chilenos de las décadas de 1960 y 1970, en su mayoría mujeres y construye con ellas un recorrido por la participación política de la mujer en Chile, el cual culmina con el compromiso de un importante sector femenino con el derrocamiento de Salvador Allende, y la comprobación de que las mujeres de todos los sectores, especialmente de los sectores acomodados y sectores medios, pero que incluyó a pobladoras y trabajadoras fueron importantes actoras en este proceso.

Power reflexiona acerca de cómo la derecha y la democracia cristiana recurren a los valores tradicionales de nación y maternidad para alentar la participación de la mujer en la lucha contra Allende. Mientras la izquierda confiaba que la lucha por la mujer era parte de la lucha por una sociedad mejor. Las organizaciones femeninas, como Acción de Mujeres por Chile y Poder Femenino, conformadas mayoritariamente por mujeres de las elites dominantes, supieron alentar los valores más tradicionales y cosechar sobre la base de incitar al terror y al anticomunismo que había calado profundamente en las clases dominantes.

Margaret Power afirma categóricamente que la derecha tuvo mucho más éxito que la izquierda en movilizar a las mujeres. Destaca el apoyo de de los medios de comunicación en el desarrollo de las movilizaciones y la injerencia de organismos estadounidenses en el impulso de la acción política de las mujeres.

El libro de Margaret Power, busca escarbar en el pasado y descubrir el porqué un sector importante de las mujeres asumió una postura antiallendista.

La marcha de las cacerolas no sólo simbolizaba las divisiones de la sociedad de entonces, sino que también rescataba ideologías profundamente antidemocráticas que permanecían en la sociedad chilena. Se sustentaba en un aparente apoliticismo y establecía un vínculo entre familia, mujeres y nación. Esta ideología e imaginario de mujer, actuaba como soporte en medio de la guerra fría, para confrontarse con el campo socialista. Proponía que en el capitalismo, y el estilo de vida estadounidense, la mujer podía alcanzar la felicidad en medio de su casa propia y rodeada de electrodomésticos, con una vida intima que valoraba el individualismo y la libertad religiosa. Todo ello para oponerse al comunismo ateo. La batalla ideológica está desatada y el terror al comunismo actúa como estímulo a la movilización y a la utilización de las calles alentada por la derecha y el sector mayoritario de la democracia cristiana.

Power señala que la izquierda perdió la batalla ideológica en torno al consumo y la familia. En su investigación ella descubre que las mujeres de derecha recuerdan las colas y el desabastecimiento propios de la crisis social y política de la época. Y revela también, pero silenciados hasta hoy, los recuerdos de las familias populares, que guardan en su memoria la alegría de que sus hijos accedieran a la escuela o la universidad, los recuerdos que hacen referencias a las mejoras salariales, el acceso a una serie de bienes que para entonces eran inalcanzables y la dignidad que los embargaba.

En la investigación de la autora es posible recorrer parte de la historia de aquellos años, descubrir claves para interpretar el presente, debatir incluso afirmaciones polémicas, y también reconocer la transversalidad social de la oposición femenina al proceso encabezado por Salvador Allende.

Se descubre a través de las propias entrevistadas que las mujeres de la elite dominante, una vez producido el golpe militar, olvidaron muy luego los nombres y direcciones de aquellas mujeres de sectores medios y populares que las acompañaron en la ofensiva conservadora.

Diciembre 2008

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