Un diario matutino difunde imágenes donde el ministro de Hacienda, Andrés Velasco aparece revisando un documento de campaña del candidato concertacionista, Eduardo Frei, durante la discusión del presupuesto para el año 2010 en el Senado.
De inmediato, todos los medios, y personeros en campaña generaron un alboroto, que ocupa páginas y minutos en la prensa, radio y televisión.
Un senador y miembro del comando del candidato empresario emplazó al ministro a dar explicaciones y otros, incluso llegaron a plantear la necesidad de una acusación constitucional por notable abandono de funciones.
Desde el sector de la candidatura transversal, aprovechando la oportunidad mediática, se insinuó la posibilidad que el ministro de marras presentara su renuncia.
Ciertamente, produce disgusto y malestar, que en medio de una sesión, que se supone importante para el país, una autoridad se distraiga en labores que pueden ser ajenas al motivo principal que los reúne, en este caso el presupuesto de la Nación.
Pero tanta batahola, no pasa de ser un bullicio exagerado que oculta, el verdadero debate que autoridades, candidatos, y la ciudadanía debiéramos realizar: el presupuesto fiscal para el año próximo en un contexto que señala que este año nuestra economía decrecerá.
Andrés Velasco, el ministro que dijera que la economía chilena estaba blindada y que hoy dice que la recuperación se avizora, asegura que el presupuesto fiscal presentado es “reactivador”, pero la tasa de crecimiento real del gasto público será la más reducida desde que se inició la crisis económica global. El 4,3% es mucho menor que el 14,5 % considerado en el presupuesto anterior.
Connotados economistas sostienen que estos son momentos en que hay que mantener los estímulos fiscales. Lo dice Paul Krugman, Joseph Stiglitz y lo plantean los organismos internacionales. Incluso, Guillermo Le Fort, asesor económico de la candidatura de Eduardo Frei, en referencia al menor gasto fiscal que se propone en el presupuesto sostiene que “se le quita bastante impulso de demanda a la economía pues el fuerte estímulo fiscal de 2009, que posibilitó el inicio de la recuperación, es retirado y en este sentido, hay una duda válida a si ese proceso tendrá el soporte desde otras fuentes para mantenerse”.
Por su parte Velasco, argumenta que “se dará mayor espacio para que el sector privado haga una porción creciente del esfuerzo de empujar la economía, como es natural que ocurra en una fase de reactivación”.
Hugo Fazio, académico y economista, es contrario a la disminución del gasto fiscal que presenta el presupuesto del 2010. Lo más grave, replica Fazio es “que se disminuye cuando permanecen vigentes agudas consecuencias negativas de la crisis. El desempleo se mantiene en cifras de dos dígitos y el trabajo asalariado se contrae”. Y, peor aún –agrega – “cuando subsiste un subsidio de cesantía absolutamente precario y con un aporte estatal bajísimo, en un gobierno que mantiene miles de millones de dólares en fondos soberanos en el exterior.
Lamentablemente, la política y la discusión que se hace, a través de los medios y con la complicidad de muchos de éstos, tiene que ver más con el espectáculo que con los temas de fondo. La polémica en torno a lo que hizo el ministro está excesivamente sobrestimada. Es intrascendente ante la importancia que tiene el presupuesto, por más criticable que sea revisar otros asuntos en plena reunión del Senado.
El malestar que atraviesa a la sociedad, tiene más que ver con las grandes desigualdades generadas por el modelo económico; con la excesiva concentración económica; en el peso superlativo que tiene las grandes empresas, muchas de ellas transnacionalizadas; en que muchas políticas públicas, son insuficientes y no apuntan a lo esencial: Chile requiere un nuevo modelo de desarrollo.
De allí que, los candidatos y sus voceros deberían discutir los grandes temas de política económica que están unidos a la discusión presupuestaria. Discutir los grandes temas del país. Ese es el debate necesario. Y la ciudadanía debería exigir ese debate.
Octubre 2009
De inmediato, todos los medios, y personeros en campaña generaron un alboroto, que ocupa páginas y minutos en la prensa, radio y televisión.
Un senador y miembro del comando del candidato empresario emplazó al ministro a dar explicaciones y otros, incluso llegaron a plantear la necesidad de una acusación constitucional por notable abandono de funciones.
Desde el sector de la candidatura transversal, aprovechando la oportunidad mediática, se insinuó la posibilidad que el ministro de marras presentara su renuncia.
Ciertamente, produce disgusto y malestar, que en medio de una sesión, que se supone importante para el país, una autoridad se distraiga en labores que pueden ser ajenas al motivo principal que los reúne, en este caso el presupuesto de la Nación.
Pero tanta batahola, no pasa de ser un bullicio exagerado que oculta, el verdadero debate que autoridades, candidatos, y la ciudadanía debiéramos realizar: el presupuesto fiscal para el año próximo en un contexto que señala que este año nuestra economía decrecerá.
Andrés Velasco, el ministro que dijera que la economía chilena estaba blindada y que hoy dice que la recuperación se avizora, asegura que el presupuesto fiscal presentado es “reactivador”, pero la tasa de crecimiento real del gasto público será la más reducida desde que se inició la crisis económica global. El 4,3% es mucho menor que el 14,5 % considerado en el presupuesto anterior.
Connotados economistas sostienen que estos son momentos en que hay que mantener los estímulos fiscales. Lo dice Paul Krugman, Joseph Stiglitz y lo plantean los organismos internacionales. Incluso, Guillermo Le Fort, asesor económico de la candidatura de Eduardo Frei, en referencia al menor gasto fiscal que se propone en el presupuesto sostiene que “se le quita bastante impulso de demanda a la economía pues el fuerte estímulo fiscal de 2009, que posibilitó el inicio de la recuperación, es retirado y en este sentido, hay una duda válida a si ese proceso tendrá el soporte desde otras fuentes para mantenerse”.
Por su parte Velasco, argumenta que “se dará mayor espacio para que el sector privado haga una porción creciente del esfuerzo de empujar la economía, como es natural que ocurra en una fase de reactivación”.
Hugo Fazio, académico y economista, es contrario a la disminución del gasto fiscal que presenta el presupuesto del 2010. Lo más grave, replica Fazio es “que se disminuye cuando permanecen vigentes agudas consecuencias negativas de la crisis. El desempleo se mantiene en cifras de dos dígitos y el trabajo asalariado se contrae”. Y, peor aún –agrega – “cuando subsiste un subsidio de cesantía absolutamente precario y con un aporte estatal bajísimo, en un gobierno que mantiene miles de millones de dólares en fondos soberanos en el exterior.
Lamentablemente, la política y la discusión que se hace, a través de los medios y con la complicidad de muchos de éstos, tiene que ver más con el espectáculo que con los temas de fondo. La polémica en torno a lo que hizo el ministro está excesivamente sobrestimada. Es intrascendente ante la importancia que tiene el presupuesto, por más criticable que sea revisar otros asuntos en plena reunión del Senado.
El malestar que atraviesa a la sociedad, tiene más que ver con las grandes desigualdades generadas por el modelo económico; con la excesiva concentración económica; en el peso superlativo que tiene las grandes empresas, muchas de ellas transnacionalizadas; en que muchas políticas públicas, son insuficientes y no apuntan a lo esencial: Chile requiere un nuevo modelo de desarrollo.
De allí que, los candidatos y sus voceros deberían discutir los grandes temas de política económica que están unidos a la discusión presupuestaria. Discutir los grandes temas del país. Ese es el debate necesario. Y la ciudadanía debería exigir ese debate.
Octubre 2009
Publicado en http://www.dilemas.cl/
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