6 de febrero de 2010

De bocinazos, rostros y triunfos

En la tarde del triunfo electoral de Sebastián Piñera, las bocinas de los automovilistas se hicieron sentir. Por la Alameda, en pleno centro de Santiago, el rugir de las 4x4 encabezaban las caravanas de vehículos y tras ellas, los buses contratados en comunas populares agitaban las mismas banderas impresas con Piñera y el Cambio.

En el comando de Eduardo Frei, se respiraba un aire de tristeza, rabia e indignación. El rostro tranquilo y sereno de Ana González, la madre de una familia destrozada por la dictadura militar, observa...mientras el humo de su enésimo cigarrillo se eleva al cielo.

Con seguridad vendrán análisis y más análisis de las causas de un triunfo, de las razones de la derrota concertacionista y los diagnósticos que plantearán desafíos a quienes se sienten distantes de las dos alianzas que hegemonizaron los veinte años recientes.

Ciertamente, el triunfó electoral de Sebastián Piñera es el triunfo de la vieja derecha política que supo mimetizarse tras la vaga idea del cambio. Es el resultado de la contribución de ambas alianzas a la instalación en vastos sectores populares de valores culturales propios de la sociedad de consumo y el individualismo.

El triunfo electoral de Sebastián Piñera, es el triunfo del poder económico y mediático. De alguna manera es también ideológico, pues las grandes ideas de transformación social se vieron relegadas tras preocupaciones más inmediatas como la delincuencia, los bonos transitorios en dinero y otras propuestas absolutamente circunstanciales.

La derrota de la Concertación, cierra un largo ciclo de una alianza que, constituida a mediados de los años ochenta, se propuso la transición desde la dictadura militar a gobiernos civiles elegidos por vía electoral, pero que gobernó y administró, en lo esencial, el mismo modelo económico.

Toda la izquierda, fragmentada y dispersa, en sus diversas manifestaciones, deberá repensar su accionar, sus propuestas, trabajar por su unidad y su re-vinculación con los territorios sociales, en muchos de los cuales adquirieron más cercanía y relevancia temas vinculados a los logros individuales y no colectivos.

Se ha cerrado un ciclo, se vienen realineamientos políticos, de cuyo curso todo está por escribirse aún.

Ya en la noche, y mientras transcurría el acto de celebración del recién electo y millonario presidente, los bocinazos se concentraban en el barrio alto y sus ecos se confundían con las voces de quienes animaban la fiesta derechista.

18 enero 2010

Publicado en Dilemas

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