14 de febrero de 2010

Grecia, Portugal y España: riesgos e interrogantes

Las economías de Grecia, Portugal, y España han vivido en las últimas semanas momentos de incertidumbre, en medio de una crisis mundial, cuya recuperación no adquiere la firmeza esperada.

Hasta no hace mucho, existía coincidencia en la necesidad de mantener los estímulos fiscales -que implican mayor gasto público- para enfrentar la recesión y fortalecer la incipiente y débil recuperación. Pero ya en Europa, han surgido fuertes presiones para reducir los fuertes déficits fiscales que necesariamente han generado las políticas de estímulo fiscal.

Estas presiones se mueven en el sentido inverso a las políticas aplicadas hasta ahora y es dable entenderlas en un marco de contraofensiva de las políticas neoliberales, pues para reducir los déficits fiscales, o sea generar mayores ingresos a las arcas fiscales se proponen, entre otras medidas, nuevas privatizaciones.

En Europa, Alemania y Francia –sus dos mayores economías- han persistido en políticas de estímulo, en oposición a las recomendaciones de la Comunidad Europea , que sí logra presionar a otras economía más pequeñas de reducir los déficit fiscales, como es el caso de Grecia, Portugal e incluso España.

Las presiones sobre Grecia han adquirido una fuerza inusitada, luego que el primer ministro, George Papandreu, dio a conocer que el déficit fiscal de 2009 llegó a un 12,7% del PIB, porcentaje muy superior al objetivo exigido por la Comisión Europea. La ortodoxia de las autoridades comunitarias, preocupadas de reducir rápidamente el déficit fiscal, entra en contradicción con el agravamiento de los problemas sociales acentuados por la crisis. “Es fácil –expresó Papandreu- reducir los salarios y las pensiones para impulsar los indicadores económicos.

Los países comunitarios para impedir un efecto dominó, adoptaron recientemente un acuerdo de respaldo a Grecia, pero sin medidas concretas, lo que significa un apoyo limitado e incierto. "La Unión Europea también tiene que mostrarse enérgica con respecto a los mercados internacionales", dijo Papandreu y agregó que la UE ha mostrado "falta de audacia" ante el ataque de los especuladores”. En clara alusión que la especulación en los mercados financieros continúa. Junto con lo anterior, y al conocer el restringido respaldo, el primer ministro griego señaló que “Grecia está en coma, pero viva” y culpó de ese estado de salud a la centroderecha que lo precedió en el gobierno.

A fines del año recién pasado, Atenas retrocedió ante las presiones, y anunció un duro plan de ajuste: recortó el gasto en seguridad social en un 10%, congeló las remuneraciones superiores a 2.000 euros mensuales de los funcionarios estatales y disminuyó un 30% los trabajos temporales en el sector público. Grecia vive una verdadera odisea. Por un lado debe soportar las presiones para reducir su déficit y su deuda y por otro lado, encuentra limitaciones para aplicar medidas que le permitan superar la recesión en que se encuentra.

Portugal, es otro de los países europeos visto con mayor riesgo y vulnerabilidad. En Portugal, el déficit presupuestario llegó en 2009 a un 8,4% del PIB, debido principalmente a la reducción en los ingresos de un 13,2%, causado por la caída de la actividad económica, y al mayor gasto en que incurrió tras el respaldo que entregó al sector financiero.

Pero las inquietudes se han extendido a España tanto por su creciente déficit como por la debilidad actual de su economía que enfrenta entre otras situaciones, una cesantía de magnitud histórica. Lo que ha llevado a algunas compañías aseguradoras a calificar a España como el país europeo de mayor riesgo.

José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno español, ha enfrentado en los últimos días, una ofensiva de la derecha, encabezada por el Partido Popular, quienes haciéndose eco de las políticas neoliberales más ortodoxas, presiona por una pronta disminución del déficit fiscal español. Nadie sostiene que los déficits no haya que abordarlos necesariamente. El tema es en que minuto se abordan, pues la recuperación de la economía mundial es débil aún, y mantiene importantes niveles de incertidumbre.

El Nobel de Economía, Paul Krugman, afirmó recientemente que, pese a que "la prensa ha puesto el foco de los problemas en Grecia… el corazón de la crisis en Europa es España". El economista explicó que Grecia "está más contra la pared que nadie" en cuanto a déficit y solvencia, pero el hecho de que su economía represente una parte muy pequeña del conjunto de la Unión Monetaria deja el verdadero protagonismo de la crisis en términos económicos a España”

Los problemas de España, señaló Krugman "no son fruto de la irresponsabilidad fiscal, sino que reflejan los golpes asimétricos -que ha causado la crisis- en la Eurozona, un problema bien conocido pero que se ha tornado aún peor de lo que los euroescépticos temían", en un evidente salvavidas lanzado a Rodríguez Zapatero. Y agregó que “España parece ahora condenada a sufrir años de deflación y mucha cesantía"

El premio Nobel de Economía, haciendo un recuerdo de la anterior fase expansiva del ciclo económico señaló que la situación presupuestaria parecía estupenda durante el boom. Y agregó que ahora hay un fuerte déficilt, pero esto es una consecuencia y no una causa de la crisis: los ingresos se han hundido, y el Gobierno ha gastado parte del dinero intentando aliviar el desempleo".
"¿De quién es la culpa?", se preguntó Krugman, y se dio él mismo una respuesta: "En cierto modo, de nadie. Aunque… la responsabilidad es de la élite política europea”

Las interrogantes y los riesgos sobre el curso futuro de la economía mundial son muchos. Entre los riesgos presentes se encuentra el retiro prematuro de los estímulos fiscales, aún subsisten dificultades con el crédito y en los sistemas bancarios. El alto desempleo amenaza con continuar por largo tiempo. Y otras interrogantes se encuentran en desarrollo.

Hay que estar con la mirada atenta.

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