24 de abril de 2012

Empleos: entre el malestar y la precariedad

"La perspectiva del empleo para 2012 y 2013 es desoladora" señaló Juan Somavia, director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).  Las preocupantes proyecciones se conocieron en la reunión plenaria del Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI), el órgano de definición de políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) que anualmente -en la  primavera en el hemisferio norte- reúne a  funcionarios gubernamentales,  empresarios, banqueros y otros observadores interesados en la ciudad de Washington.

En las reuniones, la  Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, declaró a su vez que “la economía mundial ha entrado en una “tímida” recuperación pero todavía se enfrenta a riesgos elevados, y algunos nubarrones se ciernen sobre el horizonte”, y agregó que “los nubarrones que amenazan el horizonte económico mundial son el sostenido nivel de alto desempleo en muchos rincones del mundo, no solo en las economías avanzadas; la prolongada lentitud del crecimiento; el potencial desapalancamiento de los bancos; el resurgimiento de las tensiones financieras en la zona del euro, y las posibles alzas del precio del petróleo”.

Las declaraciones de Lagarde se producían pocas horas antes de que el Banco de España confirmara  la recaída  en recesión al encadenarse dos trimestres en retroceso. Paul Krugman sostiene que es una verdadera depresión. “Ya no se puede hablar de recesión; España se encuentra en una depresión en toda regla, con una tasa de desempleo total del 23,6%, comparable a la de EE UU en el peor momento de la Gran Depresión, y con una tasa de paro juvenil de más del 50%” señaló el economista en un artículo que tituló El suicidio de Europa, en clara referencia a las recetas de austeridad que se imponen en el continente. Dichas recetas están agotando progresivamente la paciencia de los pueblos, de allí las movilizaciones en España, Grecia e Italia y los importantes cuestionamientos políticos que enfrentan los gobiernos de Irlanda, Holanda y varios países de la llamada periferia europea.


Cuando el propio FMI  observa “nubarrones” en el horizonte y la OIT hace proyecciones desoladoras para el empleo en el mundo, la continuidad de políticas de ajuste que se imponen a las economías,  las alertas debieran activarse.  Especialmente porque las medidas que se estimulan apuntan a que los trabajadores paguen los costos de la crisis.

En palabras de Somavia, “a pesar de inyecciones masivas de capital desde los gobiernos a bancos y financieras privadas, la inversión en la economía productiva y la creación de empleo se mantienen débiles, al tiempo que aumenta la inequidad social y la desigualdad en los ingresos, ratificó el director de la OIT, y agregó que  "la perspectiva del empleo para 2012 y 2013 es desoladora", y “en los siguientes dos años existe un riesgo alto de que, con una lenta recuperación económica y una parte del mundo desarrollado (la eurozona) en recesión, el desempleo continúe en aumento”.

Juan Somavía detalla con cifras el oscuro panorama del empleo. 900 millones de hombres y mujeres en edad de trabajar no ganan lo suficiente para mantener a sus familias por sobre la línea de pobreza, y de los alrededor de 200 millones de personas que no cuentan con empleo, 75 millones tienen entre 15 y 24 años de edad. Pero las cifras entregadas por el director de la OIT, explicitan la creciente desigualdad: en las últimas dos décadas –detalló Somavia- en siete de cada 10 países la diferencia de ingreso entre el 10 por ciento más alto y el más bajo de la pirámide de asalariados se amplió 70 por ciento. "Más aún: dentro del 10 por ciento que está en la parte más alta del ingreso, hay uno por ciento y, todavía más, 0.1 por ciento de personas que han tenido el más rápido incremento en su participación en el ingreso total. En Estados Unidos, por citar un caso, uno por ciento de los que están en la parte más alta registraron un aumento de sus ingresos de 11.6 por ciento, mientras que el 99 por ciento restante tuvo un crecimiento de sólo 0.2 por ciento", ejemplificó Somavía.

El diagnostico  de la economía mundial que realiza el FMI -tantas veces cuestionado y con razón- y las perspectivas  del empleo proyectado por la OIT,   no hace más que ratificar lo que se percibe desde en las sociedades desde que se inició la actual crisis: la enorme frustración de los pueblos ante las gigantescas desigualdades que genera el capitalismo en su versión neoliberal.


Nuestro Chile

En la situación del empleo en Chile, la realidad entra en contradicción con las cifras oficiales. Por lo menos, las cifras del crecimiento del empleo,  publicitado oficialmente, descansan en un alto porcentaje en la modificación metodológica introducida en la Nueva Encuesta Nacional del Empleo (NENE) que vino a reemplazar a la antigua Encuesta Nacional de Empleo (ENE). En la práctica, ello significó cambiar la formulación de la pregunta que indaga en el estado ocupacional de los chilenos. Mientras la ENE les pedía a los consultados que autoclasificaran su estado de ocupación según la situación en la que se encontraban la semana anterior al levantamiento de los datos, la NENE les pregunta si en esa misma semana han trabajado por lo menos una hora. “La diferencia entre los resultados obtenidos con uno y otro método son tremendas” señala Andrea Repetto, economista de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez y  especialista en mercado laboral.  Por ejemplo -explica Repetto- durante los meses, en que ambas encuestas se levantaron a la vez, se crearon 145.000 empleos en la vieja y 398.000 en la nueva”.  Nada menos que 2,7 veces más.  Es una diferencia muy marcada.

El proceso de postulación para trabajar en el Censo 2012, reflejó lo que ocurre con el empleo. Se crearon 14.000 empleos por tres meses y los postulantes a nivel nacional fueron 301.512. En la Región Metropolitana para un total de 4981 puestos postularon 87.498 y en la Región del Bio Bio los postulantes fueron 53.903 para 1.683 puestos. El Director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Francisco Labbé, agradeció a la ciudadanía “por el gran interés y compromiso que han demostrado para participar en el Censo 2012, lo que se refleja en el gigantesco volumen de postulaciones que hubo” ¿Qué significa el gigantesco número de postulantes?

Se puede sostener que el empleo ha crecido, pero hay que considerar otras variables, como el aumento de la población en edad de trabajar Pero no basta tener empleo. Chile presenta serios problemas en la calidad del empleo, con una clara tendencia a la informalidad, des-protección e inestabilidad laboral. Según el Índice de Empleo Protegido que elabora Fundación SOL, actualmente “sólo el 53% de los ocupados a nivel nacional tiene un empleo protegido, vale decir, con contrato escrito, indefinido, liquidación de sueldo y cotizaciones para pensión, salud y seguro de desempleo”. Así lo señaló, Gonzalo Durán, a la sección de Economía del diario El Mercurio, y agregó el economista de Fundación Sol que “más del 60% de los nuevos empleos asalariados corresponde a la modalidad de subcontratación, servicios transitorios y suministro de personal y enganchadores -lo que en opinión del economista- es señal de mayor precarización e inestabilidad”.

En nuestro país, no sólo aumentan los trabajadores subcontratados sino que además, los trabajadores no cuentan con condiciones que favorezcan la sindicalización y menos pueden ejercer  un derecho a huelga efectivo. El 14% de los trabajadores está afiliado a un sindicato y solo 11 de cada 100 trabajadores negocia colectivamente. La negociación colectiva está permitida solo a nivel de empresa, impidiendo así que los sindicatos y su poder puedan crecer y abarcar niveles mayores como el territorio comunal o la rama productiva. Y sabido es que durante la huelga, está permitido el reemplazo de trabajadores. 

Esta realidad laboral refleja la asimetría existente entre los trabajadores y el mundo empresarial. Ello explica que el  crecimiento de la economía chilena y sus triunfantes índices económicos  han tenido como  base de sustentación el que los trabajadores -que ya comienzan a mostrar signos de malestar y a expresarse en movilizaciones- se van enfrentados a una legislación laboral y a un modelo de relaciones laborales que impide  y dificulta la acumulación de fuerza por parte de los trabajadores y su expresión plena en tanto clase social.

Afortunadamente, desde las movilizaciones estudiantiles del año pasado y las movilizaciones transcurridas en lo que va del presente, es posible apreciar un proceso de confluencias crecientes, de distintas demandas y actores sociales que comienzan a demandar  el fin del modelo neoliberal y  profundas transformaciones institucionales. La insatisfacción con la democracia realmente existente crece al igual que la exigencia  de otro tipo de democracia: una más participativa, más social, y  un modelo económico en el cual no se concentre la propiedad ni la  riqueza.

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