24 de mayo de 2007

Democracia y Periodismo

En una carta a la Presidenta Michelle Bachelet, enviada pocos días antes de que ésta entregara su cuenta publica a la nación, la Central Unitaria de Trabajadores manifestó, una vez más, su preocupación por el sistema democrático restrictivo vigente en nuestro país.

La organización sindical reiteró que la concentración de la propiedad de los medios de comunicación es una de otras muchas expresiones antidemocráticas existentes. En su misiva, la CUT señaló que son unos pocos los que determinan qué se puede y qué no se puede informar, dirigiendo con ello la conducta de los ciudadanos.

No cabe duda, que en nuestro país la relación entre concentración de los medios y democracia es inversamente proporcional. El control casi monopólico de diarios, revistas, radios y televisión lo ejercen los sectores más conservadores del país. Son ellos quienes tienen en sus manos el principal dispositivo en la conformación del imaginario social y, en consecuencia, alientan sin descanso el asentamiento de la sociedad de consumo y construyen un clima adverso a la crítica y al pensamiento que sustente la necesidad de profundizar la democracia.

Ciertamente, la preocupación acusatoria de la central sindical devela un panorama mediático desolador y angustiante. Contenidos ajustados al interés empresarial, agendas informativas modeladas por la rentabilidad económica, anunciantes que no permiten críticas a sus empresas, son los códigos presentes en los medios de comunicación a la hora de informar que empobrecen el periodismo y la democracia.

Más grave aún, es que con una democracia y un periodismo que no son tales, se tiende a conformar sociedades elitistas y excluyentes, culturalmente degradadas y políticamente conservadoras, en las cuales el miedo, la intolerancia y la criminalización se convierten en un proceso inevitable para castigar la diferencia y la marginación.

El escrito de los trabajadores no hace otra cosa que plantear un desafío presente y futuro: otra democracia es posible y otro periodismo es necesario. Una democracia sustentada en la participación de todos y un periodismo que asuma que la información es un debate de ideas entre modelos sociales posibles.

Por de pronto, la voz de la central sindical no tendrá cabida en las grandes cadenas de diarios ni desatará debates en la televisión. El silencio será la respuesta de quienes ejercen el control mediático y también de muchos que por temor, pusilanimidad o conveniencias, prefieren eludir los problemas reales y no escuchar las voces de los ciudadanos que señalan que éste no es el Chile que merecemos.

mayo 2007

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