
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama no terminaba aún de afirmar que el informe de empleos "constituye una prueba de que nuestra economía se está fortaleciendo cada día más" en los mercados los inversores pensaban lo contrario, y sumado a la situación europea y ahora, Hungría, tiraban hacia abajo todos los indicadores bursátiles.
Las expectativas señalaban que Estados Unidos recuperaría 540.000 empleos. El resultado indicó que sólo se recuperaron 431.000. Pero de ellos 411.000 corresponden a empleos temporales creados por el gobierno y en realidad para todos los efectos la primera economía mundial generó en mayo, apenas, 20.000 empleos. Lo paradojal de las declaraciones de Obama es que agrega a renglón seguido es mayo ha sido "otro mes de creación de empleo en el sector privado. Para la economía estadounidense una cifra de 20.000 empleos nuevos en el sector privado no tiene gran incidencia, más aun cuando en la fase recesiva de la crisis, iniciada con la caída de Lehman Brothers, las perdidas mensuales de puestos de trabajo se sumaban por centenares de miles.
A estas alturas, no cabe duda, que el sistema financiero se encuentra por los suelos y dedicado a la especulación con la finalidad de realizar las menos pérdidas posibles.
La situación se deteriora aún más, por el reconocimiento del gobierno de derecha húngaro, que reconoció la difícil y grave situación de la economía del país y que las posibilidades de sufrir una crisis como la de Grecia no contienen exageración alguna. Debido a ello, en Budapest, la capital húngara, se suspendieron las negociaciones del principal banco del país, OTP, cuando sumaba pérdidas superiores al 10%.
El contagio seguirá, el euro se desvaloriza y las informaciones señalan que los exportadores chinos prefieren que les paguen en dólares y no en euros.
Tenemos crisis para rato y se pueden esperar nuevos titulares señalando, ya sea aquí o allá: Viernes Negro... o lunes... martes....
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