En términos gruesos se podría decir que Europa debe resolver el dilema entre austeridad o crecimiento.
Las elecciones en Francia y Grecia y las recientes municipales en Inglaterra –que significaron la derrota de los conservadores- y los sondeos de elecciones regionales en Alemania -que indican que el partido de Angela Merkel ha comenzado a vivir un cierto declive- pueden ser el momento de un giro.
Pero no todo es tan fácil
En Grecia
Ciertamente los griegos, y así lo señalan los últimos sondeos, pondrían poner fin a la alternancia en el poder de los dos principales partidos políticos del país, el conservador Nueva Democracia (ND) y el Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok), en las elecciones parlamentarias.
ND y Pasok, gobiernan alternadamente desde hace 38 años, tras la dictadura militar conocida como la de “los coroneles” en 1974 y lo hacen en coalición los últimos meses con la dirección del primer ministro Lucas Papademos. Ni juntos, y menos, separados tienen asegurada una mayoría absoluta. Las últimas encuestas, publicadas por los medios locales, revelan que habrá un ascenso de los partidos de izquierda, y el nuevo Parlamento podría quedar conformado por entre 8 y 10 grupos políticos. Pero también, los sondeos señalan que subirían su votación los partidos de extrema derecha.
Los datos entregados por las encuestadoras, en todo caso significan un voto de castigo a los dos partidos principales, por su gestión ante la crisis económica que afecta al país desde finales de 2009. ND y Pasok son los únicos partidos que han defendido los rescates y las medidas de austeridad impuestas por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo. Ambos partidos apenas sobrepasarían el 40% de los votos. Claro está que el partido ganador a nivel nacional recibe un bono de 50 escaños en el parlamento.
La Coalición Radical de Izquierda (Syriza), liderada por Alexis Tsipras, el líder político griego más joven, obtendría cerca del 13%. Alexis Tsipras promete congelar pagos a los acreedores y renegociar las medidas de austeridad, cancelar partes de la deuda griega, aumentos salariales, más derechos para los trabajadores y mayores impuestos para los ricos y nacionalizar los bancos. Esta coalición se ha convertido en la tercera fuerza del país, e incluso, como en el distrito II de Atenas -el mayor del país-, se prevé una aplastante victoria de Syriza, los comunistas y los Griegos Independientes de ANEL, una coalición nacionalista. Los comunistas subirían a nivel nacional del 7,5 al 9%. ANEL puede obtener más del 10%. Izquierda Democrática (Dimar) un 11% y otras coaliciones ultraderechistas y neofacistas aspiran a superar el 3%, lo que les permitiría llegar al parlamento.
Como se ve… no todo es tan fácil, pues si el parlamento queda conformado entre 8 o 10 grupos políticos, como proyectan las encuestas la conformación del gobierno puede quedar suspendido en el tiempo. Mientras los movimientos sociales, empujados por la crisis, continuarán movilizados
Francia
Si el candidato socialista a la presidencia, François Hollande, confirma en las urnas lo que dicen las encuestas, “veremos el inicio de un cambio de ciclo en Europa, que después deberán confirmar Holanda, Italia y, en otoño de 2013, Alemania”, aseguró a la prensa hace poco días el vicepresidente de la Comisión Europea y ex secretario general del PSOE, Joaquín Almunia.
Pero, la verdad es que habrá que ver, si Hollande, simboliza sinceramente el cambio de ciclo en Francia. Es decir, que impulse realmente las políticas de crecimiento que los franceses esperan. De triunfar Hollande -como ya parece seguro tras las últimas encuestas- deberá enfrentar a una ultraderecha crecida, a las fuerza política de Nicolás Sarkozy y una presión de la izquierda, que lideró, Jean-Luc Mélenchon, que exigirá consecuencia. No hay que olvidar que Mélenchon, mira hacia el futuro y las elecciones legislativas próximas y que fue él, en la campaña de la primera vuelta, quien trazó con fuerzas una política diferente para enfrenta la crisis.
Hollande, tendrá que afrontar rápidamente tres cuestiones: la cesantía; la relación con la derecha alemana representada por Angela Merkel, y debatir el destino de la construcción europea. En medio de la crítica situación actual de Europa, sus márgenes son estrechos para el impulso de un mayor gasto público y para lograrlo, necesitará de una enorme voluntad política y aliados. Lo mismo requerirá para confrontar las posiciones alemanas. Como se ve…algo no tan fácil.
Y sin embargo…
Lejos está Europa, de las experiencias posneoliberales que se abren camino en América Latina. En Francia sólo Mélenchon manifestó públicamente su admiración hacia los procesos de transformación latinoamericanos. Lo que si esta claro, son las consecuencias negativas que tienen las políticas de austeridad. Basta ver las repercusiones políticas crecientes que asumen: derrotas políticas de los gobiernos que las defienden –cualesquiera sea su signo. Quizás por eso mismo es que muchos analistas, políticos y economistas sostienen que Europa vive momentos cruciales. Momentos que para los sectores que viven de su trabajo se hacen cada vez más insoportables.
Todo indica que el péndulo ha comenzado a oscilar… si ello es verdad es posible avistar otros rumbos en el viejo continente.